Obispos católicos de Texas responden a la decisión judicial sobre el estatus de los beneficiarios de DACA en el estado

AUSTIN – Tras la decisión emitida este año por el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de EE.UU. en el caso Texas contra Estados Unidos, que probablemente afectará la situación legal de las personas inscritas en el programa de acción diferida para los llegados en la infancia (DACA) que residen en Texas (y no en ningún otro estado), los obispos católicos del estado han emitido la siguiente declaración:

 

Se espera de manera inminente una decisión de un tribunal federal que cambiará la situación de casi 90,000 texanos, cuya presencia en nuestro país pasará de ser legal a ilegal. Esta decisión afectará prácticamente a todas las comunidades de Texas al eliminar la legalidad de la presencia de los beneficiarios de DACA que viven en Texas. Nosotros, los obispos católicos de Texas, nos comprometemos firmemente a responder con compasión y a exigir justicia para aquellos que, sin culpa alguna, se ven ahora obligados a abandonar sus hogares, sus medios de subsistencia y sus comunidades.

Esta acción socava aún más el derecho humano fundamental de estas personas a buscar trabajo y mantener a una familia. Es contrario a la realidad afirmar que nuestro estado se ve perjudicado por los beneficiarios de DACA que trabajan aquí de manera legal. En cambio, este tipo de acción disruptiva y sin precedentes por parte de nuestro gobierno, perjudicará a nuestras comunidades al fomentar el miedo, romper relaciones, interrumpir la actividad económica y expulsar a algunas de las personas más respetables de nuestra comunidad.

Los desafíos actuales en nuestro país en materia migratoria son el resultado de décadas de renuencia por parte de todos a implementar una reforma migratoria razonable y significativa, que respete tanto las necesidades de seguridad nacional como el derecho humano de toda persona a trabajar y formar una familia en paz.

Continuaremos trabajando con personas de buena voluntad para promover tanto el compromiso humanitario con quienes se encuentran en situaciones desesperadas como con una reforma humanitaria de nuestro sistema migratorio, el cual presenta graves deficiencias.

Al comenzar a considerar las implicaciones que esta decisión tendrá en nuestras comunidades, incluyendo el temor y el distanciamiento familiar, recordamos respetuosamente a las autoridades federales y estatales la importancia de la capacitación y supervisión adecuadas para los agentes de ICE. Jamás debe ser considerado ni justificado acto de violencia alguno en daño de los agentes del orden. La dignidad humana de los propios agentes del orden se ve violada cuando se espera que consideren métodos brutales e inhumanos para hacer cumplir estas decisiones.

La irracionalidad y la inminente implementación de la decisión del Quinto Circuito, dirigida a personas respetuosas de la ley que trabajan y viven en Texas, impone una terrible carga a nuestras comunidades. Somos pastores de agentes de ICE y de beneficiarios de DACA, de personas indocumentadas y de familias cuya seguridad se ve amenazada. Esta decisión solo exacerbará el temor y la desconfianza, enfrentará a los miembros de la comunidad entre sí y causará una importante perturbación económica en muchas comunidades.

Queremos decirles inequívocamente a todos nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, y de manera especial a quienes llegaron siendo niños: Hemos escuchado sus súplicas. Estamos con ustedes en estos tiempos difíciles.

Que Dios, que escucha el clamor de los pobres, nos impulse a todos a atraer su misericordia y su justicia a nuestro país.

Para obtener más información sobre el estado actual de DACA en relación con el caso Texas contra Estados Unidos, visite usccb.org/DACAupdate o, para español, usccb.org/actualizacionDACA.